Saturday, March 15, 2014

Lección número uno: quien mucho corre pronto para

Bajo la extrema emoción del inicio de proyecto, con todos los personajes recién diseñados y los planos todavía en construcción, decidimos ponernos manos a la obra. El tiempo apremiaba y sabíamos que los cuatro meses de trabajo se nos iban a hacer extremadamente cortos.
Sin pensárnoslo dos veces nos vimos todos los tutoriales de youtube sobre construcción de estructuras internas y nos lanzamos a las tiendas para agenciarnos todos los materiales necesarios y empezar a crear esqueletos.

Para los que no lo sepáis, los muñecos de Stop-Motion tienen siempre una estructura interna. En el caso de Tim Burton y otra gente de bien, suelen tener el esqueleto hecho de varillas de acero, con juntas en las articulaciones que se pueden mover milimétricamente con una llave. El resto de los mortales usamos esqueletos caseros de alambre y una sustancia llamada epoxy de fontanero, una pasta de dos componentes que se usa para reparar cosillas del hogar.

Así pues, reservamos tres días de trabajo intensivo y nos pusimos manos a la obra.

Cortamos y trenzamos los alambres a medida para cada muñeco y preparamos tacos de madera para el pecho. 

Aquí Elia cortando con la dremel los alambres para los pies:


Y Fernando trenzando los alambres para las manos con un destornillador:



Muy bonito, ¿verdad? Ya deberíamos habernos olido algo, ya que el señor del vídeo estaba trenzando los alambres con los dedos y partiendo hasta los más gruesos sin pestañear. "¡Qué fuertes tiene los dedos! ¡Hay que ver! ¡Debe de tener callo y por eso nosotros necesitamos tenazas para hacer lo que él hace con la mano desnuda!" De verdad, qué inocentes somos.

En fin... al amanecer del segundo día aparecen los primeros problemas tangibles. Llegamos al taller y el epoxy industrial que hemos comprado no está seco tras 24 horas de espera (eso marrón que veis en las fotos y que hace la función de huesos, endureciendo las partes que no se van a doblar). El que yo había usado con anterioridad secaba en 10 minutos. ¿Solución? Lo metemos todo en el horno portátil:



Ahora el epoxy sí que se ha secado correctamente. Estupendo. Os podéis imaginar nuestro horror cuando una vez supuestamente acabado, tiramos a doblar las piernas y... ¡el epoxy salta en pedazos!

Obviamente nos hemos equivocado de epoxy. Ya me lo temía. Nuestra ocurrencia: volvemos a trenzar por segunda vez todas las estructuras de alambre, pues las que tenemos están manchadas de epoxy y probablemente den problemas para ponerle otro tipo de masilla encima. Esta vez en unas horas está todo preparado para poner el bueno. Estamos empezando a hacernos expertos. Abandonamos el taller con la promesa de subsanar nuestro error al día siguiente.

Once de esa misma noche. Locura total. Cuando llego a casa me pongo a buscar sobre epoxy y topo por casualidad con un tema sobre alambres en el que hablan sobre el alambre de aluminio templado y el anodizado. En estado de shock le pregunto a nuestro arquitecto: "¡Fernando! ¿Tu sabes si el alambre que estamos usando nosotros es templado o anodizado? Porque aquí dice que tiene que ser templado." y el de muy buen talante me contesta: "Oh, eso no nos atañe, porque nosotros estamos usando acero."
"Ah... muy bien"

A partir de ese momento iniciamos una búsqueda desesperada por todas las ferreterías y empresas metalúrgicas de Valencia, con la intención de encontrar alambre de aluminio templado. En una ferretería encontramos uno que se parte con doblarlo cinco o seis veces. De dentro de unos cables sacamos unos que podrían haber dado el pego, pero que también se parten bastante fácil (ya nos ves a nosotros media tarde pelando cables). Sorprendentemente el único que podría habernos hecho el papel es el de los chinos ese de colores, pero solamente hay de un grosor y nuestros muñecos son demasiado grandes para que podamos usarlo en las piernas.

Finalmente después de muchas pruebas decidimos hacer un pedido a Alemania para que nos envíen los alambres correctos, lo cual retrasa la construcción dos tediosas semanas.

Lo bueno que salió de todo aquello fue la creación del pequeño "Benito" nuestro muñeco de pruebas y cadáver exquisito, con una cabeza de tapón de corcho y miembros hechos a mezcladillo de diferentes materiales.


Al menos sirvió para calmar un poco la ansiedad de los profesores, que miraban nuestro story board con la misma suspicacia que si hubiéramos propuesto producir la segunda parte de Pesadilla antes de Navidad en cuatro meses.


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