Cuando por fin llegaron no tardamos un instante en ponernos manos a la obra. Trenzamos el alambre siguiendo los grosores y cantidades recomendados. Una vez trenzado, colocamos la pasta epoxy en el lugar de los huesos y pegamos todo con pegamento epoxídico al taco de madera que nos haría las veces de pecho. Este es el resultado en nuestro personaje principal, al que cariñosamente llamamos Charlie:
Una vez hechos los esqueletos había que construir la chicha y qué mejor que destripar los cojines viejos de mi madre para tal propósito. Cortamos la espuma a medida y la fuimos pegando en los personajes tal que así:
Después, con una de esas vendas autoadesivas que venden en la farmacia, enrollamos la espuma para que quedara más compacta.
Siempre mirando las cartas de personaje para tomar referencia de alturas y distancias.
Una vez envuelto todo el cuerpo, tenemos los brazos preparados para pegar las manos de silicona.
Y aquí están las manos que tanto nos costó construir. El proceso para hacer elementos silicona será tema de la siguiente entrada, pero por lo pronto aquí están.
Todas pegaditas en su sitio con pegamento epoxy, sin perder de vista las referencias:
Y como siempre, haciendo pruebas de tamaños y demás antes de construir las cabezas, que será lo último que peguemos a los muñecos. De hecho las pegamos cuando ya estaban vestidos y todo. Este pobrecillo nos salió cuellicorto:
Las cabezas finales constaban en un principio de un taco de madera al que se le taladra un agujero. En éste se introduce el alambre trenzado que será el cuello.
Después María hizo pruebas con algo mucho más complejo, que no acabó de cuajar del todo:
Estas cabezas tenían unos alambres para poder abrir y cerrar la boca y unas hendiduras para que al meter la cabeza dentro del molde y llenarla de silicona no se movieran del sitio, al dejar los ojos encajados en ellas. Lo de los ojos funcionó bastante bien. Lástima que lo de la boca no acabara de cuajar. Resulta que por un fallo de comunicación, nuestros muñecos no estaban diseñados en absoluto para admitir este sistema. De todas formas, ya sabemos como no se debe hacer, ¡para la próxima!